Es posiblemente uno de los trabajos más emotivos que he realizado a lo largo de toda mi trayectoria profesional, dada mi conocida condición de devoto de la Virgen del Carmen. Si además le sumamos que el encargo procede de la señorial y artística ciudad de Antequera, en la provincia de Málaga, y para una magnífica Imagen Mariana, pues la satisfacción es sencillamente total.
La Vírgen y la Iglesia del Carmen de Antequera.
Se trata de dos auténticas joyas del Barroco antequerano y andaluz. La soberbia talla mariana, atribuida a José de Medina hacia 1745, es la verdadera y principal fuente de inspiración para este proyecto. Dicha Imagen preside desde su Camarín el Altar Mayor de la Iglesia que lleva su nombre y que constituye el último vestigio de lo que fue el conjunto Conventual de la Orden de los Carmelitas Calzados en Antequera. Una sucesión de estilos, desde el mudéjar inicial hasta el barroco más puro, dan lugar a un Templo único y de visita obligada. Más aún tras la reciente restauración integral a la que ha sido sometido dicho Templo y todo el patrimonio mueble que alberga, entre ellos la Imagen de la Virgen del Carmen.
La Virgen del Carmen de Antequera. Foto:atqfotoscofrades.blogspot |
La Virgen en su Trono y el Altar Mayor al fondo. Foto:atqfotoscofrades.blogspot
Más información y fotos de la Iglesia del Carmen de Antequera:huidadelmundanalruido.zoomblog.com
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El diseño.
Desde el primer momento tuve claro que la obra seguiría las ricas líneas de estilo de la Iglesia del Carmen, es decir, el Barroco más desarrollado. El concepto colorista recuerda asimismo las decoraciones murales de la Iglesia del Carmen, sede canónica de la Imagen, y de la Iglesia del Buen Suceso, sede de los Carmelitas Calzados de Sevilla, mi ciudad natal. Considerando esta premisa y el imaginario iconográfico Mariano en general y Carmelita en particular, comencé a estudiar varios bocetos previos que, teniendo en cuenta además el criterio y alguna sugerencia del donante, dieron lugar al diseño definitivo.
Diseño original de la obra( E 1: 5), grafito sobre papel. |
El Escapulario.
El formato de la obra, alargado y vertical, propició un gran eje central en torno al cuál se vertebra toda la composición de la obra, realizada( a devoción y por encargo de un devoto de la Vírgen) completamente al óleo sobre seda salvaje de color marrón, el VERDADERO COLOR CARMELITA, obviamente. Las dimensiones de la pieza son 138 x 38 cm.
En la zona superior aparece, a la altura del pecho de la Vírgen, el Escudo de la Orden de los Carmelitas Calzados, que regían la Iglesia Conventual, enmarcado en una cartela. Dicha cartela central está custodiada por dos aves exóticas, concretamente dos loros, que observan el Escudo, y que simbolizan la fidelidad a María y a la Orden. Asimismo flanquean este Escudo el Sol( símbolo de Cristo) y la Luna( símbolo de la Vírgen), que además configuran la imagen de pervivencia de la Orden, a modo de alfa y de omega.
En la zona superior aparece, a la altura del pecho de la Vírgen, el Escudo de la Orden de los Carmelitas Calzados, que regían la Iglesia Conventual, enmarcado en una cartela. Dicha cartela central está custodiada por dos aves exóticas, concretamente dos loros, que observan el Escudo, y que simbolizan la fidelidad a María y a la Orden. Asimismo flanquean este Escudo el Sol( símbolo de Cristo) y la Luna( símbolo de la Vírgen), que además configuran la imagen de pervivencia de la Orden, a modo de alfa y de omega.
Escapulario, detalle |
Siguiendo el eje hacia abajo, encontramos una urna de la que brotan elementos vegetales, que se repiten por toda la obra- además de algunos arquitectónicos-, bajo la cuál, también en una cartela, vemos el anagrama de María con una Corona en la zona superior- símbolo del Dogma de la Realeza de María-, sobre fondo de mármol rosado( el falso mármol pictórico es un recurso muy usual en el arte barroco del siglo XVIII, época en la que fue realizada la Vírgen).
Inmediatamente después, y sujetos con dos lazos anudados, se encuentran dos Cornucopias- o Cuernos de la Abundancia-, de las que brotan flores y frutos silvestres, y que en la iconografía cristiana( y también la pagana) simbolizan la fertilidad y la riqueza espiritual. Tras ellos, en una filacteria, el lema de los Carmelitas: "ZELO ZELATVS SVM PRO DOMINO DEO EXERCITVVM" ( "(...)él- Elías- respondió(...): He sentido un vivo celo por el Señor, Dios de los Ejércitos", 1º Libro de los Reyes, 19: 14).
Escapulario, detalle |
En el tercio inferior, jalonado por rosas de Pasión, también muy presentes en toda la obra, vemos uno de los elementos más importantes de toda la obra: la escena de las Ánimas Benditas del Purgatorio. Esta iconografía, tan característica del imaginario cristiano, aparece indisolublemente asociada a la Virgen del Carmen, cuyo Escapulario Redentor es el verdadero Salvador de las Almas. La escena está literalmente tomada de la célebre tabla de Alonso Cano, fechada en 1636 y concebida como banco de Retablo( de ahí sus dimensiones y su formato, 150 x 50 cm., aprox.) para el desamortizado Convento de los Dominicos de Monte- Sión, en Sevilla. Esta obra puede( y debe) contemplarse hoy día en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. Como anécdota decir que las llamas y el humo del Purgatorio salen, con cierto toque naturalista, por encima de las hojas que rematan la cartela que enmarca la escena pictórica.
Escena pictórica de las Ánimas |
Ánimas, detalle de las llamas |
Por último, en la zona inferior, decorada con roleos y elementos vegetales compuestos por hojas, tallos y flores, una Jarra dorada de la que brotan tres Azucenas- símbolo universal de María- sirven de ofrenda floral a la Virgen, de ahí que se encuentre situada a los pies de Ella.
Por toda la superficie del Escapulario se reparten doce estrellas, en clara alusión a la versión apocalíptica de la Inmaculada Concepción y a las propias visiones de Santa Beatriz de Silva.
Por toda la superficie del Escapulario se reparten doce estrellas, en clara alusión a la versión apocalíptica de la Inmaculada Concepción y a las propias visiones de Santa Beatriz de Silva.
Resultado final de la obra |
Hola, Antonio. Impresionante, las formas como dices son muy ricas, una prenda muy acorde con la imagen, alegre, que me recuerda los colores a los antiguos códices y las letras iluminadas. Ya tendremos que encargarte algo para Ntra. Sra. Saludos Juan
ResponderEliminarHemos pasado a visitar a nuestros frailes de Antequera y realmente, hemos quedado maravillados e la hermosura del carmelo,su retablo y toda la iconografía carmelita, una verdadera maravilla y más aun, para los que de una manera especial queremos vivir como la MADRE DE DIOS DEL CARMELO, el ESCAPULARIO de Mi Hermano Antonio Díaz Arnido, son de un sentir carmelita tan profundo, que es una manera de rezar, atrevez del arte sacro, mil gracias por tan bella pintura. unidos en las oraciones a nuestra REINA Y HERMOSURA DEL MONTE CARMELO.
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