Uno siempre regresa a los lugares donde amó la vida...
Regresar al bullicio de una mañana cálida de Mercado.
Regresar al olor y al color de las flores.
Regresar al aroma del primer expresso del día y al calor de una foccacia.
Regresar a los paseos hacia el Ghetto.
Regresar al atardecer sentados bajo la atenta mirada de Giordano Bruno.
Regresar al sabor de la vida a cada sorbo de Peroni.
Regresar a tantas y tantas cosas...
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