Aquella noche se respiraba un aire distinto en el Rione Parione. Sonaba diferente la música del Zampognaro y del Pífano; Benino dormía tranquilo con su rebaño, mientras caminaba en su viaje onírico entre las sombras hacia la Luz; los vendedores lucían y adornaban de una forma especial sus puestos del Mercatino; un extraño Cortejo llegaba desde tierras lejanas, seguidos de cerca por una bruja muy peculiar, la Befana;Pulcinella hacía de las suyas; il Gobbo repartía su suerte; Totò se asomaba con su candil a ver de dónde provenía todo aquel ruido, ... Y mientras, en un pequeño rincón del Cortile, nacía el Sueño del Bien que vencería a la Pesadilla del Mal...
La vida en la Ciudad esa mágica Noche se asemejaba a una fabulosa Obra de Teatro que presagiaba Grandeza. Se vivía. Se soñaba. Sin ensayos.
De pronto, como el despertar de un Sueño, todos se dieron cuenta...
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