lunes, 16 de febrero de 2015

CARTEL DOMINGO DE RAMOS 2015, HERMANDAD DE LA HUMILDAD Y MERCED, MÁLAGA.

 
El pasado domingo 15 de febrero de 2015 tuvo lugar en la Basílica de Santa María de la Victoria, Patrona de Málaga, y durante la Función Principal de Instituto de la Hermandad de la Humildad, el acto de Presentación del Cartel- por vez primera en la Corporación, pictórico-que anuncia la próxima Estación de Penitencia de esta señera Hermandad malagueña del Domingo de Ramos.
Dicha obra, realizada en técnica mixta( óleo, acrílico, pastel, grafito, tránsfer y collage) sobre tabla( 120 x 60 cm.), supone el regreso artístico del pintor sevillano Antonio Díaz Arnido, autor de la obra, a Málaga y/ o a su provincia( pues ya realizó el Cartel del Carmen de Antequera 2013, o el Cartel del Carmen Coronada del Perchel de Málaga 2014).
 
DETALLES DE LA OBRA:
 
 



 
Fotografías realizadas por el magnífico fotógrafo Paco Vallejo, al que agradezco de corazón sus desvelos para que el Cartel quedara en papel de la forma que quedado: PERFECTO.
 
A continuación se reproduce el texto de presentación expuesto por el artista una vez fue descubierta la obra públicamente:
"(...) Creedme cuando os digo que para mí es muy especial y muy emotivo estar hoy aquí, de nuevo en Málaga, en mi querida Málaga, para cantarle con mis pinceles, en este caso rezarle, al mágico Domingo de Ramos de su gran Semana Santa, la que tuve el honor de descubrir y disfrutar el pasado año.
Regreso a una tierra que he vivido y que he sentido como propia desde el primer momento que llegué a ella(...). La viví intensamente durante más de un año, en el que hice grandes amigos para siempre, en el que viví momentos inolvidables, en el que aprendí a ser, a vivir y también a pintar de forma más libre y más pasional, gracias a esta luz y a la inmensidad del Mediterráneo que sólo esta tierra posee y que me regaló, del mismo modo que me regaló su corazón, cautivando con ello el mío para siempre.
Viví sus rincones más íntimos, sus grandes lugares, sus mágicas puestas de sol en la Farola o en Benagalbón, sus paseos de mañana de primavera por Pedregalejo, su amor por mi Virgen del Carmen- Reina de mi añorado Perchel-, su Navidad luminosa, sus Belenes Napolitanos, el sabor de un Mercado de los de antes, Atarazanas; y el Mar( ay, el Mar...), que tanto tanto echo de menos.
Viví y sentí Málaga. Y cómo no, su Semana Santa, desde sus Cultos, sus Pregones, sus noches de tertulia en Las Merchanas, sus Carteles, sus Traslados,..., y la magia y el fervor popular en sus calles. No es fácil que un sevillano tan sevillano, cofrade tan cofrade, como es mi caso, falte a su tierra durante Semana Santa. Pero yo sí lo hice. Y desde lejos, volví a sentir  a añorar con nostalgia de la Semana Santa de mi infancia sevillana, tomé distancia y volví con más y mejor perspectiva a mis orígenes cofrades, y por tanto cristianos. Pero también viví el despertar a un mundo absolutamente nuevo y sorprendente como es vuestra Semana Santa; y como un niño, se despertó en mi corazón de cofrade el amor y la admiración por vuestra forma de vivir la Fe. Como los ojos de un niño ilusionado para quién todo es nuevo:¿hay mejor sensación que esa?
Y de la misma forma que todo comenzó una bonita tarde de junio, mi estancia en Málaga también terminó otra tarde de julio carmelitano, cuando tuve que regresar a casa.
La nostalgia que sentía por Sevilla cuando viví en Málaga es la que siento ahora en Sevilla cuando me acuerdo cada día de mi Málaga. La llevo, os llevo, como véis, en mi corazón.
Y es entonces cuando Málaga, que nunca se fue, entra de nuevo en mi vida cotidiana en forma de encargo para anunciar lo que viví y sentí hace un año, y que os acabo de confesar. Y más aún, anunciar su Domingo de Ramos, día tan especial y familiar como es para mí, hijo de la HINIESTA que soy(...).
Cada mañana, camino de mi estudio, paso por delante de la Antigua Casa de los Artistas, al final de la Calle Ancha de la Feria, donde trabajó durante años el gran Francisco Buiza, autor de la imponente Imagen del Señor de la HUMILDAD. Recorre entonces mi alma, cada día, una sensación ciertamente inspiradora al pensar cómo debieron ser esas largas tardes de invierno, de trabajo intenso y callado, que a lo largo de los años dieron como fruto auténticos prodigios devocionales que salieron de esos ya centenarios muros, como vuestro Cristo... o mi Virgen del CARMEN DOLOROSA. Y es precisamente donde hallo mi vínculo personal e íntimo con la Hermandad de la Humildad. La tierra de donde vengo aún llora la muerte repentina e inesperada del Maestro, del gran Buiza, y guarda un cariño distinto y especial por su Obra póstuma, concluida- entre aires de leyenda del siglo XX- por sus discípulos. He aquí el Señor de la Humildad, obra de Buiza( qepd), para Málaga. 
Ese sentimiento es el que he querido representar. Y lo hago verdaderamente honrado por saber que esta Maravilla que hoy está en Besapié, nació del imaginario creador de un genio, en un pequeño rincón de Sevilla, por el que paso cada mañana camino de mi taller.
Y viniendo como vengo de la que dicen- y es- " la Tierra de María Santísima", no podía dejar de representar a su Madre de la MERCED, y lo he hecho a través de una de las visiones que me impactó de mi primer Domingo de Ramos malagueño: la visión onírica en contraluz de la Merced entrando en su Palio por la Alameda Principal, envuelta por una gran nube de incienso y abrazada por la Luz de Málaga. Esa Luz que me hizo más libre, que cambió mi vida y mi pintura, y que me llevé a mi taller de Sevilla, donde la guardo en un cofrecito de amor junto a mi paleta y mis pinceles.
En definitiva, este Cartel es un Canto de amor a Málaga, a su Domingo de Ramos y a su Semana Santa; y a todas las cosas que nos unen y hermanan en el sentimiento y en la devoción a Nuestro Señor Jesucristo y a su Bendita Madre.
Quiero dar las gracias a todas aquellas personas que han confiado en mi pobre talento para la realización de esta obra. Y también a mis padres, por darme la vida, y porque pienso que allí donde estén estarán orgullosos de mí y sorprendidos por verme aquí hoy, tan lejos de donde comenzó todo(...)
Antonio Díaz Arnido
Pintor

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