Roma, 1785.
El dulce aroma de la ciambella caliente recorre las calles del Rione Sant' Eustacchio, desde la Piazza della Rotonda hasta Governo Vecchio.
IL PROFUMO DELLA
CIAMBELLA…
(Una visión personal
del Presepio
Napoletano de Antonio Díaz Arnido)
Roma, 1785
… El dulce aroma de la
ciambella caliente recorre los riones Sant’ Eustacchio y Parione, desde la Piazza
della Rotonda hasta Governo Vecchio.
Es Navidad en la Ciudad
Eterna…
Cada año, selecciono un lema que se convierte en el
hilo conductor de la Escenografía que compone su Belén Napolitano
particular. El de este año, Il profumo della ciambella…( El aroma de la ciambella…),
simboliza el recorrido imaginario que realiza el olor a ciambella( el dulce típico romano en Navidad) desde los puestos del
Mercado navideño de la Piazza Navona a los barrios( o rione) de sus
alrededores, en el centro de Roma. Así, se trata de reproducir, en una placita imaginaria, un edificio real de
cada uno de dichos rione, que dan
lugar al montaje definitivo.
Mi incipiente colección de figuras- muchas de ellas
policromadas y vestidas incluso por mí- proceden de Nápoles, y corresponden a
la escala de la llamada terzina, es
decir, entre 30 y 35 cm de altura. Si bien responden al estilo del Settecento
napolitano, al igual que la Escenografía, ofrecen una visión libre y creativa
de autor en cuanto a vestimenta y disposición. Aún así mantiene muchos de los
cánones básicos de los Presepi
napolitanos.
La Sagrada
Familia( o Natività), con un ángel que inciensa la estancia, se sitúa en
una especie de ruinas romanas( símbolo del Triunfo del Cristianismo sobre el
Paganismo), en las que se ve al fondo- pintado el pasado 2011 por mí- una
reproducción de la Gloria de la Iglesia del Gèsu
de los Jesuitas de Roma, obra de G. B. Gaulli, una de las grandes joyas del
barroco romano.
Los Reyes Magos, ataviados ricamente con un marcado
estilo oriental (Nápoles fue en el siglo XVIII un importante puerto comercial
con Oriente), adoran al Niño Jesús y
se postran ante Él. Aún sonaban los ecos del triunfo de Lepanto ante el
ejército otomano, de ahí que de nuevo se represente la Adoración de los Magos
como una abdicación ante el Cristianismo.
En la pequeña piazzetta
imaginaria, una vendedora ofrece el célebre dulce romano al público, compuesto
de varios nobles( o nobili), mientras un paje del Cortejo de los Magos, muestra
al espectador- en un diálogo mudo- el camino hacia el lugar de la Natividad.
Todas estas escenas, que parecen reales, en realidad
son una visión onírica e irreal que sueña el pastor dormido( il
Benino), que aparece a la izquierda de la composición, sentado sobre la
propia escenografía. En su sueño, el otro ángel le anuncia lo que está por
venir. Es por ello que todo lo que ha visto el espectador, en realidad aún no
ha ocurrido. Ha sido un sueño.
Esta composición, llena de detalles casi
inapreciables (como los perros y el mono; o las gaviotas que suben el Tíber; o
las pinturas murales que aparecen en
las construcciones y el Cartel
de la Navidad de Sevilla 2012, obras éstas asimismo de Arnido,…), se
enmarca dentro de un Telón- Cajón
Barroco, que ,al modo de una especie de Teatro
rococó, invita al espectador a participar y a introducirse en el mundo
imaginario que allí se representa. Belenismo en estado puro.
En definitiva, un montaje modesto, que ofrece una
visión personal sobre el Belenismo- al que soy gran aficionado- en general, y
al Belén
Napolitano en particular.
Antonio
Díaz Arnido
Navidad
2012
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