martes, 21 de diciembre de 2010

La nueva Gloria del Techo de Palio del Carmen Doloroso.

Gloria, general

Detalle
Detalle paisaje
JUSTIFICACIÓN.
Desde que comienza a gestarse la idea más o menos tangible de procesionar a Nuestra Señora del Carmen en sus Misterios Dolorosos, anhelo antiguo de la Hermandad por otro lado, allá por 2006, con la adquisición de diversos enseres de orfebrería, la Comisión Artística, designada posteriormente a tal efecto comienza a trabajar en el Proyecto del Paso de Palio. Dicha Comisión se plantea, entre otros muchos aspectos, el tema iconográfico que figure en la Gloria Central del Techo del Palio. Desde el primer momento, y por unanimidad, se decide que no existe mejor escena que la de representar a la Titular letífica de Omnium Sanctorum, nuestra sede canónica: la portentosa Imagen de Nuestra Señora de Todos los Santos, obra de madera tallada, dorada, estofada y policromada, realizada magistralmente en 1554 por el insigne escultor Roque Balduque; así como el grupo escultórico de los Santos, obra en terracota, madera y telas encoladas, doradas, estofadas y policromadas, atribuidas a Cristóbal Ramos, Pedro Duque Cornejo, o Hita del Castillo( éste con menor fundamento). Hablamos, por tanto, de Obras de gran calidad artística y de relevante importancia en el mundo de la Religiosidad Popular de Sevilla.
Los motivos que llevan a esta elección son diversos. Fundamentalmente, el que más destaca es el sentimental. La magnífica relación entre las Hermandades Sacramental y del Carmen Doloroso, acrecentada y estrechada en los últimos años, hace que, con orgullo, sintamos los hermanos del Carmen un cariño especial, acompañado de gran devoción por supuesto, por la Reina de Todos los Santos. Además, hay que tener en cuenta que es la Titular de la Real Parroquia de Omnium Sanctorum, nuestra Casa. Y en ese afán por difundir nuestras señas de identidad por las calles de Sevilla cada Miércoles Santo, mostramos en nuestro patrimonio artístico nuestro patrimonio histórico y sentimental: por ejemplo, llevamos en el Llamador del Paso de N. P. J. De la Paz, la efigie a caballo de San Fernando( diseñada por quién suscribe), conquistador y Patrón de Sevilla, y Fundador de nuestra Parroquia, de ahí el título de Real; o el escudo de la querida Hdad. Vecina de los Javieres en el puñal que generosamente donaron a Nuestra Madre del Carmen. Y así, varias muestras más. Así, de esta forma, pasa a figurar en nuestro Patrimonio, digamos, artístico- sentimental la querida Hermandad Sacramental y nuestra Parroquia, en la que se representa, claro está, toda su feligresía.

A todo esto debemos unir el motivo histórico- artístico. Normalmente, las grandes devociones- y también las devociones íntimas- de la Mariana Ciudad de Sevilla se representan en las Glorias de los palios sevillanos, en sus múltiples manifestaciones artísticas( escultura, pintura, bordado, orfebrería,...). Así, tenemos, por ejemplo, a la Patrona de la Archidiócesis, Nuestra Señora de los Reyes, en la Gloria del Palio de la Virgen del Socorro, de la Hermandad del Amor, entre otras muchas representaciones; la Patrona del Ayuntamiento, mi Virgen de la Hiniesta Gloriosa Coronada, en el Palio de la Hermandad del mismo nombre; la Virgen del Rocío, en el Palio de San Esteban; la Virgen de la Antigua, en el Palio de los Dolores del Cerro; la Virgen del Pilar, Patrona de España, en el Palio de las Aguas; y así un largo etcétera. Pues bien, entre estas múltiples representaciones marianas, nunca figuró una de las referencias, por no decir la principal, de las Glorias de Sevilla: la Reina de Todos los Santos. 

En ese sentido, y a modo de conclusión de esta Justificación de la realización de la obra pictórica, podemos afirmar que la Hermandad del Carmen se apunta, permítanme la expresión, un tanto histórico, al ser la primera y la única que lleva a tan importante Imagen sevillana acompañando a la Virgen el Carmen cada Miércoles Santo por las calles de Sevilla.

DESCRIPCIÓN FORMAL.
La obra pictórica que se propone para Gloria del Techo de Palio de Nuestra Señora del Carmen en sus Misterios Dolorosos, representa a la Reina de Todos los Santos en rompimiento de gloria, con los Santos, y sobre paisaje urbano de Sevilla. Se concibe por el autor para llevar la ráfaga, las coronas y la media luna de la Virgen, en ORFEBRERÍA, cuando la economía de la Hermandad lo permita. Es importantísimo saber que LA OBRA ESTÁ INCONCLUSA y la pintura de las piezas antes referidas es meramente PROVISIONAL. 

Pintada sobre tela de lino belga de trama- urdimbre fina, presenta gran variedad de procedimientos pictóricos en su realización: desde el dibujo a grafito y carboncillo inicial, pasando por temple, gouache, pastel, lápices de acuarela, y sobre todo óleo, una técnica ecléctica habitual en mi obra. Dada mi formación como restaurador de obras de arte, se intenta cuidar al máximo los aspectos de conservación preventiva en la propia configuración matérica de la obra. Así, la imprimación que se aplica al lino es a la creta tradicional; la protección final de la pintura, una vez seca por completo, se realiza a base de barniz dammar, de fabricación propia, en dos capas aplicadas a brocha y una última aplicada en spray.

La tela está montada con la ayuda de tensor y con grapas de acero inoxidable, sobre contrachapado de madera de pino de 7 mm de grosor, previamente tratada. Dicho tratamiento consistió en lo siguiente: corte de la pieza según plantilla proporcionada por el diseñador; lijado de la tabla con lijas de distinto grano; aplicación de 2 capas cruzadas, con secado intermedio, de resina de etilmetacrilato disuelta a baja proporción en xileno, y que cumple las funciones de consolidante y de biocida.

En el reverso de la tabla figuran los 5 puntos de sujeción de la obra al tubo que conforma el esqueleto del Techo. Dicho sistema se ha ideado de forma que sea reversible y permitir así la exposición de la obra en vertical en las vitrinas de la Casa- Hermandad. 
Teniendo en cuenta esta premisa, los puntos se componen de piezas de rosca madera taladradas y adheridas con resina epoxi a la propia tabla; dichas piezas tienen en el extremo trasero otro tipo de rosca que permite que se una con varilla roscada de acero inoxidable y colocarla así al Techo del Palio, y de un cáncamo roscado durante el resto del año en exposición. Este procedimiento reversible permite que la pieza se conserve perfectamente todo el año y que su manipulación y montaje no suponga un quebradero de cabeza para los Priostes de la Hermandad.

ANÁLISIS ICONOGRÁFICO.
Tomando como referencia para realizar dicho análisis el llamado método Panofsky, prescindiremos, dada la obviedad, del primer nivel, el Nivel Pre- Iconográfico, pasando directamente al siguiente, el Iconográfico y al último, el Iconológico.

1. Nivel Iconográfico.
En la obra se aprecia, como hemos dicho, la Imagen de Nuestra Señora de Todos los Santos, ataviada sin manto procesional y con tocado de mantilla, tomando como modelo preclaro el aspecto que luce en el retablo cerámico conmemorativo de la fachada de la Real Parroquia de Omnium Sanctorum, obra de Antonio Kiernam Flores en 1928. La diferencia con el azulejo es que en la nueva pintura el tratamiento es absolutamente naturalista, es decir que los colores, por ejemplo de los ropajes, no están invertidos como en la cerámica; asimismo la orfebrería aparece ya dorada y no plateada.

La Imagen de la Virgen, con el Niño Jesús en sus brazos, se representa con todos sus atributos: Corona, Ráfaga, Media luna, y Cetro, todos ellos los llamados de gala, es decir los que luce en la salida procesional( aún sin concluir en la concepción original de la pintura). Aparece sobre unas nubes y con rompimiento de Gloria, sobre la que revolotea una pequeña libélula, al fondo. A sus pies, arrodillados, aparecen los dos grupos escultóricos que componen, tres a la derecha y tres a la izquierda la configuración iconográfica de Todos los Santos.

En la zona inferior y en un plano posterior, se ve un paisaje urbano de Sevilla, con tratamiento estilístico más contemporáneo ( pequeña licencia artística del autor). En dicho paisaje, en primer plano y central aparece la Real Parroquia de Omnium Sanctorum, que simboliza de forma objetiva Nuestra sede canónica; en un segundo plano, la Torre de la Parroquia de San Julián, sede de mi Hermandad de la Hiniesta; más atrás la silueta de la Giralda y la Catedral, que simbolizan Nuestra Archidiócesis y nuestra Ciudad; y, por último, al fondo, la Cúpula de San Pedro del Vaticano, símbolo de la Iglesia Universal. Todas estas representaciones arquitectónicas poseen además otra connotación subliminal y personal que se analizarán en el siguiente nivel, el iconológico.

2. Nivel Iconológico.
- La Virgen y el Niño:
La versión iconográfica que ofrece la Reina de Todos los Santos de Roque Balduque se ajusta perfectamente a la visión apocalíptica en la que se inspira, entre otras, la iconografía inmaculista, por ejemplo: “(...)Y apareció en el cielo una señal. Una mujer vestida del sol y la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza(...)”( Apocalipsis, 12, 1). Incluso los colores que lleva en su túnica, color jacinto, y en su manto, color azul, responde a dichos cánones inspirados a su vez en las visiones de Santa Beatriz de Silva, y que posteriormente difunde magistralmente en la pintura Francisco Pacheco, el maestro y suegro de Velázquez, en sus Inmaculadas. Todo ello nos lleva, junto a la figura del Cetro y del anillo de la mano derecha, a ver en la pintura de la Reina los dos Dogmas de Fe que tuvieron su origen en la religiosidad popular sevillana y que al poco proclamó la Iglesia Universal de Roma: el de la Realeza y el de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. 

En su mano izquierda porta, en lugar del rosario, el símbolo de nuestra fe en María, el Escapulario. En él, en uno de los dos escapularios, el escudo del Carmelo Teresiano( o Descalzo), con el que nos une Carta de Hermandad( junto a la otra rama de la Orden), y especialmente pienso en el Convento de RR.PP. Carmelitas Descalzos de Santo Angel de Sevilla, con los que trabajo habitualmente y con los que me unen estrechos lazos de amistad. Es por ello que en el otro escapulario aparece esbozada la figura de Nuestra Madre Santísima del Carmen, obra cumbre de Cristóbal Ramos que preside el Altar Mayor de dicha Iglesia Conventual. 

- (Todos) Los Santos:
Arrodillados en dos grupos de tres a los pies de la Virgen, simbolizan cada uno una connotación distinta de la Devoción de la Reina de Todos los Santos: a la derecha, San Basilio, San José y San Lorenzo. La Virgen como Reina de los Confesores, de los Patriarcas y de los Mártires, respectivamente.
Situados a la izquierda, San Pedro, Santo Domingo de Guzmán y Santa Catalina de Alejandría. Reina de los Apóstoles, Reina de los Predicadores, Reina de las Vírgenes. En este grupo, además, el artista representa, de forma idealizada, las tres edades de la vida: la juventud, la madurez y la vejez. 

- La libélula:
Es un guiño simbólico y personal a Carmen- siempre Carmen en mi vida-, mi mujer, que adora esos insectos. Con este gesto, le agradezco su amor incondicional, y su apoyo constante, sobre todo en los momentos más duros... Por eso, y por muchas cosas más, en mis obras más relevantes siempre revolotea la libélula de Carmen.

- El paisaje urbano de Sevilla:
A las connotaciones referidas en el nivel de análisis iconográfico, antes citado, se añaden otras de carácter subjetivo, con mensajes subliminales, para dejar huellas personales en la obra, en mi obra. De este modo, cada elemento arquitectónico posee un cariz paralelo al que tienen de forma, digamos, oficial, y tienen un texto escrito debajo de ellos a tal efecto.

La Catedral y la Giralda, representan a Sevilla, mi ciudad, que me vio nacer y crecer, y en la que vivo y trabajo feliz.

La Torre de la Parroquia de San Julián, sede de mi Hermandad de la Hiniesta, representa mis raíces, mi familia, mi madre,..., el lugar donde aprendí a amar a Dios, a su Madre Santísima, a Sevilla y a su Semana Santa. El lugar al que vuelvo cada Domingo de Ramos y que me lleva a tantos lugares y momentos de mi infancia. Mis raíces, que me llevaron a ser lo que soy hoy en día.

Omnium Sanctorum representa mi Parroquia, el lugar donde, con la ayuda también de mi amigo Pedro Juan, su Párroco, me reencontré con Dios...

La Cúpula del Vaticano representa a Roma, esa ciudad que me tiene fascinado de una forma casi enigmática, a la que cada año, con Carmen, regreso, a su encanto, a su esplendor perdido pero eterno, a su arte, a la dolce vita,...En fin todo lo que significa para mí Roma, la Ciudad Eterna...
Algunos matices( y otros escondidos...) de mi vida y de mi forma de ser en la pintura que será el Cielo de mi Virgen del Carmen en su Paso de Palio.

AGRADECIMIENTOS.
A Carmen, de nuevo, por su apoyo constante y por su infinita comprensión. Ella que, allá por 1996, cuando se cruzó en mi camino, me animó a convertir el pobre talento de una afición de la infancia, el Arte, en mi forma de vida. Por eso estudié Bellas Artes. Ella es una de las dos personas gracias a las cuales me dedico hoy profesionalmente al mundo artístico. 

A N. H. D. Manuel Solano Rodríguez, Maestro del Bordado, por su asesoramiento técnico y por su confianza en mi trabajo, que se demuestra en los numerosos proyectos profesionales en los que hemos colaborado y seguimos colaborando.

A mi amigo y compañero de taller Manuel Ruiz- Berdejo, por su asesoramiento artístico y técnico durante el proceso de realización de esta obra, y por permitirme trabajar de forma profesional mi pintura en taller propio, el de Monardes, 4, que compartimos desde hace 6 años. Es por eso que, además de Carmen, él es la otra persona gracias a la que hoy día me dedico a la pintura.

A mi amigo y hermano David Torres, Secretario Primero de la actual Junta de Gobierno, por su inestimable asesoramiento técnico y ayuda en el proceso de montaje de la obra, como en los viejos tiempos...Por eso y por sus sabios consejos de verdadero amigo.

DEDICATORIA.
A Carmen, siempre Carmen, por todo.

A David Torres y a Jesús Díaz, por todas las horas de su vida que, de forma callada y sin pretensiones ni aspavientos, se dejaron por y para el engrandecimiento de la Hermandad del Carmen Doloroso.

Y en definitiva, a todas aquellas personas que en algún momento de su vida sufren, pero que, cuando caen, se levantan rápido, y con esfuerzo, ilusión y FE, al final, a pesar de todo y de todos, cumplen sus sueños...


En Sevilla, diciembre de 2010
Antonio Díaz Arnido,
Licenciado en BB. AA.
Hermano y devoto del Carmen.

La restauración del grupo escultórico Santa Ana y la Virgen Niña, obra atribuida a Pedro Roldán.

Vírgen Niña, limpieza
Santa Ana, limpieza

Virgen Niña, estado inicial
Virgen Niña, estado final
Virgen Niña, detalle reconstrucción Libro
Santa Ana, estado inicial
Santa Ana, estado final

Grupo, estado inicial
Grupo, estado final



LA RESTAURACIÓN DEL GRUPO ESCULTÓRICO SANTA ANA Y LA VIRGEN NIÑA, OBRA ATRIBUIDA A PEDRO ROLDÁN. 
Iglesia Conventual de los Carmelitas Descalzos del Santo Angel. Sevilla.

Entre los meses de septiembre y octubre de 2010, y por encargo de la Comunidad de RR. PP. Carmelitas Descalzos del Convento del Santo Ángel de la Guarda, de Sevilla, con su P. Prior Fr. Juan Dobado, O. C. D., al frente, el equipo formado por los restauradores de Obras de Arte Manuel Antonio Ruíz- Berdejo Cansino y Antonio Díaz Arnido, procedió a la restauración integral del grupo escultórico Santa Ana y la Virgen Niña, obra atribuida con certeza al insigne escultor Pedro Roldán( Sevilla, 1624- íb., 1699), entre 1679 y 1694, según los últimos hallazgos documentales del profesor D. José Roda Peña, que muy pronto verán la luz y que no hacen sino reforzar la tradicional atribución estilística a este autor.

Descripción formal.
La obra se compone de las figuras de Santa Ana, sentada sobre un trono dorado, y la Virgen Niña, de pie sobre su regazo, en actitud de leer( el libro se encontraba desaparecido desde al menos mediados del siglo XIX), escenificando la popular iconografía de La Educación de la Virgen. El conjunto, que mide 118 cm en su totalidad, se encuentra realizado en madera tallada, dorada, estofada( riquísimo estofado) y policromada al óleo. El trono está dorado y estofado. Todo el grupo figura sobre una peana incorporada con posterioridad al sillón y se halla en la actualidad en una de las calles laterales del Altar de San José, en el Crucero de la Iglesia Conventual de la Misericordia del Carmen y Santo Ángel de la Guarda, conocida popularmente como el Santo Ángel, situado desde su dedicación en 1608 en la sevillana calle Rioja.

Estado de conservación.
Tras la retirada al culto y su traslado a dependencias conventuales acondicionadas como taller, donde fue intervenida la obra, y una vez efectuado el preceptivo examen organoléptico, con documentación fotográfica inicial, se determinaron las principales patologías. La obra presentaba, en cuanto a soporte, un estado de conservación bastante aceptable, si bien en zonas muy puntuales se veían grietas, pequeñas por otra parte, sobre todo en los paños posteriores del hábito de la Santa, y en el manto de la Virgen. En cuanto a ensamble de piezas no se apreciaba ninguna anomalía. En cambio, en las manos aparecían numerosas pérdidas de soporte( en las manos de la Virgen Niña) y soportes no originales( por ejemplo los dedos pulgares de Santa Ana).
La película pictórica, en cambio sí ofrecía una estado más preocupante. Al oscurecimiento generalizado en las tres piezas( Santa Ana, Virgen y trono- peana), provocado por la acumulación de suciedad superficial y la oxidación del barniz resinoso que cubría la obra en gran cantidad, se sumaban los restos de elementos metálicos no originales( grapas de acero, por haberlas vestido(?) en determinado momento). Sometidas las obras a radiación UV salieron a la luz algunos repintes( sobre todo en la manos de las dos Imágenes) y reintegraciones cromáticas poco rigurosas e inadecuadas. Algunas de estos daños fueron provocados por la intervención a la que, según testimonio oral de los Frailes, fue sometida la obra en fechas previas a una Exposición Mariana en la que participó la obra en Granada, en el año 1991.
Además en algunas zonas había falta de adhesión de los distintos estratos al soporte lígneo, y algunas pérdidas. Una gruesa y vasta pasta de masilla hacía las funciones de aparejo en algunas zonas reintegradas; obviamente fueron eliminadas en la intervención.

Proceso de intervención.
En vista de las patologías antes referidas, el equipo restaurador procedió al siguiente proceso completo de intervención de la obra:
- Documentación fotográfica de todo el proceso.
- Retirada de los atributos metálicos ( aureola de la Virgen y galleta de la Santa), y desmontaje de las tres piezas que componen el grupo escultórico, para su intervención por separado.
- Eliminación de los depósitos acumulados de suciedad superficial.
- Fijación de los estratos de película pictórica a la preparación, y de preparación al soporte, mediante inyección de cola animal y/o resina acrílica. Esta fijación se dio sólo en zonas puntuales en las que la requería, por supuesto.
- Eliminación de restos de grapas de metal que se observaban sobre todo en la zona pectoral de ambas Imágenes, que cercioraban que en algún momento fueron vestidas(?), en una desafortunada intervención casera..
- Pruebas de solubilidad y de limpieza., tras las cuales se seleccionó el disolvente adecuado para el siguiente proceso.
- Limpieza total de las obras, y eliminación de repintes, mediante procedimientos químicos y mecánicos, según la zona intervenida. Este proceso fue arduo porque las obras estaban trabajadas por su autor en toda la superficie, aún en zonas que no eran visibles.
- Eliminación mecánica de la masilla que hacía las veces de preparación(?) en la restauración de 1991. Dicha pasta ocultaba, entre otras zonas, los dos lóbulos de las orejas de la Virgen Niña, concebida originalmente para portar pendientes. Este aspecto originario ha sido recuperado.
- Consolidación del soporte en zonas puntuales, y sellado de grietas con pasta de madera. 
- Reintegración del soporte en las zonas en las que había pérdida de éste, sobre todo en las manos de la Virgen Niña, en la que hubo que reconstruir varias falanges de los dedos. Previamente se extrajeron moldes a los dedos originales para reproducirlos lo más fielmente posible. Todo este proceso por supuesto fue documentado minuciosamente para que quedara constancia de este proceso de la intervención.
- Realización del nuevo Libro que figura en la rodilla derecha de Santa Ana. La presencia de un sistema metálico de anclaje, la actitud del brazo izquierdo de la Virgen Niña, y descripciones bibliográficas anteriores, así como el propio tema iconográfico, dan fe de la existencia de un Libro que en un momento de la Historia desapareció o fue suprimido por causas que se desconocen. El nuevo Libro, realizado en madera de cedro real, tallado, dorado, estofado y policromado, ha sido ejecutado ex profeso por el escultor utrerano D. Luciano Galán García.
- Aplicación de preparación en las zonas en las que faltaba, realizado con cola animal y sulfato cálcico. Posteriormente te procedió al enrasado de la misma.
- Reintegración cromática, realizada con procedimiento acuoso reversible, y siguiendo el criterio adecuado a cada zona de las obras, predominando el trattegio y la tinta neutra a bajo tono, siguiendo rigurosamente los preceptos de la Carta del Restauro, y los que marcan la legislación vigente, relativa al Patrimonio Artístico Español y Andaluz.
- Aplicación de barniz a baja proporción, y perfeccionamiento de la reintegración cromática mediante el uso de pigmentos disuelto en el mismo barniz.
- Protección final de las obras mediante la aplicación del barniz adecuado, esta vez en spray.
- Montaje de la obra y traslado a la Iglesia desde las dependencias conventuales, para su presentación y exposición públicas.
- Colocación del nuevo resplandor en orfebrería, adquirido en un anticuario de Córdoba, de Santa Ana, y de la aureola de estrellas, también en orfebrería y restaurada, de la Virgen Niña.

Otras consideraciones.
Una vez finalizados, satisfactoriamente pensamos, los trabajos podemos concluir que estamos ante una obra de gran calidad artística, una de las mejores muestras del Barroco andaluz sobre el tema iconográfico que trata, La Educación de la Vírgen, y una obra en la que la puesta en valor, con la recuperación de todo su esplendor y riqueza escultórica y cromática, es más que evidente. También conforma una muestra más de la extraordinaria sensibilidad y celo de los RR. PP. Carmelitas Descalzos del Santo Ángel por la Conservación de su Patrimonio Histórico- Artístico, en la que trabajan con verdadero e ímprobo esfuerzo, sin menoscabar un ápice la magnífica labor pastoral y caritativa que desarrollan en la Feligresía de la Magdalena y en toda la Ciudad de Sevilla. 
Desde estas líneas el equipo restaurador quiere agradecer a la Comunidad toda su atención y sus desvelos para facilitarnos tanto y tan bien nuestro trabajo, y otros trabajos, y por el trato amable y familiar que nos han dispensado, fruto sin duda de la amistad que nos une.


Manuel Antonio Ruíz- Berdejo Cansino/ Antonio Díaz Arnido,
Licenciados en Bellas Artes, especialistas en Restauración de Obras de Arte.